Para cualquier plan de viaje previamente debemos dedicarle tiempo a la seguridad del hogar que quedará desocupado. Ya sea por una escapada de fin de semana o unas largas vacaciones, además de proteger nuestra casa contra un robo potencial, es aconsejable ser proactivo acerca de los problemas mecánicos que pueden generarse fácilmente.

Si bien es indispensable proteger el hogar de amenazas externas, también es importante minimizar los riesgos internos. Así, se evitarán daños mayores que podrían no ser descubiertos hasta que regresemos.

Para los expertos en seguridad, la clave está en confundir a los malhechores para que piensen que hay gente en el interior de la residencia. Nada tiene que arruinar nuestro tan merecido receso. Estas son algunas recomendaciones para que el regreso de las vacaciones no se transforme en una horrible sorpresa.
 
1) No dejar que se acumule suciedad en la parte de afuera de la vivienda. «Los ladrones ven que la vereda está sucia y que no se corta el pasto hace varios días. Esto le llama mucho la atención. Son impresiones que acumulan que los hace pensar que no hay nadie en la casa.

2) En lo posible, instalar sistemas de seguridad como rejas, alarmas o puertas blindadas.

3) Podar árboles para evitar que los malvivientes se escondan tras de ellos

4) Impedir que se acumule la correspondencia en el buzón.

5) Antes de partir, chequear que todas las puertas y ventanas estén bien cerradas.

6) No ocultar las llaves de la casa en los escondites más típicos.

7) Evitar difundir negocios y operaciones inmobiliarias, realizadas en el último tiempo.

8) No bajar del todo las persianas de la casa y, en lo posible, programar las luces para que se prendan de manera periódica.

9) Tratar de no hacer «demasiado» público que nos vamos de vacaciones: contárselo sólo a nuestro círculo más cercano.